En el libro atribuyo al francés la inversión de la comilla de cierre (») y la raya (—) como señales de repetición y de omisión de datos en cuadros, pero el estudio de unos cuantos libros decimonónicos me ha permitido comprobar que en España retrocede como poco a mediados del siglo XIX. Sin embargo, en algunas fuentes he podido leer que esta práctica apareció en Francia a finales de ese mismo siglo. ¿Es posible que sea justo al revés, es decir, que de España pasó a Francia? En cualquier caso, no parece que esta inversión fuera mayoritaria, pues por lo general se adoptaba el criterio habitual de las lenguas de nuestro entorno de » para la repetición y — para la omisión.
Aunque en el libro desaconsejo los rayados en diagramas y figuras, hay que entenderlo desde el punto de vista de los libros impresos, incluyendo las impresoras de sobremesa, que suelen hacer un buen trabajo para las tramas. Sin embargo, no siempre las impresoras dan los resultados adecuados y además hay cierto tipo de materiales que se suelen pasar a papel por otros medios, como trazadoras, o se reproducen habitualmente mediante fotocopiado. En estos casos, las tramas no funcionan y la única opción, a veces incluso impuesta por normativas, es el rayado. En mapas geológicos también es frecuente usar ciertos patrones de relleno, cuyo uso está más que asentado.
Mientras que el nombre de imagen vectorial (o fuente) es uno de los más precisos matemáticamente de cuantos se usan en tipografía, el de fuente o imagen matricial me planteaba dudas: por un lado, las matrices se asocian normalmente a una transformación; por otro, también pueden servir para representar vectores, por lo que las imágenes vectoriales son, en cierto modo, matriciales. De hecho, una herramienta básica de PostScript es la matriz de transformacion actual (CTM, por sus siglas inglesas)
Mi mentalidad matemática me empujaba a buscar alternativas, y encontré dos.
La primera es imágenes de mapas de bits, pero no me parece buen castellano, pues la palabra mapa no tiene el sentido general que tiene map en inglés: en español tiene relación con la cartografía. No tenía tantos reparos con los bits, pues la información está en esa forma, aunque estén agrupados, por ejemplo, en bytes.
La segunda opción me la marcó el voluminoso Handbook of print media, de H. Kipphan, que en la página 986 habla de pixel and vector graphics. Es decir, imágenes de píxeles. Y en efecto, conceptualmente esta es la oposición correcta: ecuaciones vectoriales frente a una retícula de pequeños cuadrados o rectángulos, es decir, de píxeles.
Y con imágenes de píxeles me quedé.
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